Este conjunto de guardabrisas custodiado por dos querubines es una creación artesanal que refleja la maestría y el cuidado característicos de nuestros talleres de orfebrería. Cada pieza ha sido realizada a mano, siguiendo un proceso meticuloso que combina la tradición heredada con un profundo sentido artístico, dando como resultado una obra que destaca por su equilibrio, elegancia y simbolismo.

El diseño, presidido por dos querubines finamente modelados, aporta una sensación de protección y solemnidad que enmarca con delicadeza la luz que emana del guardabrisa. Cada detalle de las figuras ha sido trabajado con precisión, desde las expresiones serenas hasta el movimiento de las alas, logrando una composición armónica que transmite serenidad y belleza.

El conjunto se ofrece en varias alturas, permitiendo su perfecta adaptación a diferentes composiciones y estilos. Además, está disponible en distintos modelos de coronita, cada uno con un diseño particular que realza la singularidad de la pieza. Esta versatilidad permite personalizar el conjunto según las necesidades del cliente, manteniendo siempre la excelencia y el carácter artesanal que definen nuestras creaciones.

La elaboración puede realizarse en latón dorado, que aporta calidez y resplandor; en acabado níquel, de tono más sobrio y elegante; o en baño de plata, que confiere una luminosidad pura y refinada. Cada terminación resalta los volúmenes y relieves de la pieza, haciendo que la luz juegue con las superficies y cree un efecto visual de gran impacto.

Este conjunto de guardabrisas con querubines no solo destaca por su belleza estética, sino también por la perfección técnica y el cuidado que requiere su fabricación. Cada elemento es testimonio del compromiso artesanal de nuestros talleres, donde la pasión por la orfebrería se une a la devoción por el detalle para dar vida a una creación única, destinada a perdurar en el tiempo y a mantener viva la tradición orfebre en su máxima expresión.